«El diseñador debe pensar más como un artesano que como un artista»

Nuestro diseñador Jesús Gil nos cuenta dónde busca la inspiración a la hora de realizar un trabajo, puntualizando que «no existe la inspiración sin método». En la entrevista nos habla del talento como la suma de la inteligencia y la aptitud, así como de la importancia de saber aprovechar todas las experiencias que vivimos.

¿Qué habilidades o capacidades crees que debe desarrollar necesariamente un diseñador gráfico?

Bueno, más que diseñador gráfico, a mí me gusta hablar de diseñadores, aunque dentro de nuestra vocación existan variantes o especialidades. Un diseñador puede diseñar cualquier cosa ya bien sea gráfico, estructural, formal, intelectual, audiovisual… ya que el diseñador es quien diseña la idea no quien ejecuta. Puedes ser un perfecto director de arte y no tener un dibujo exquisito; la única herramienta que necesita un buen diseñador son sus ojos.

Yo siempre digo que un buen diseñador debe de tener ojos de cabra. ¿Qué quiero decir con esto? Para una cabra todo se come, todo vale como alimento. Esa es la visión que un diseñador debe tener. Debe tener la capacidad de sacar provecho de todo lo que ve. Por ejemplo vemos un cartel que no nos encaja su composición, pero sin embargo la gama cromática usada si nos parece interesante, pues de ahí aprovecharemos esos colores. Y así con todo. Yo, por ejemplo, tengo mis alimentos preferido, como por ejemplo, los conceptos gráficos de Josep María Mir, los escenarios de Atelier Markgraph, el uso de las formas planas y colores de Bomboland, la solución expositiva y espacial de Brückner, el uso de los espacio lleno-vacío de las escultura Oteiza, las ilustraciones de los carteles de cine de los años 30,  la iluminación teatral de  Josef Svoboda… es decir, intento tener mucha, pero que mucha cultura visual.

La gente suele decir que para ser diseñador hace falta talento, y que el talento es más o menos como la intuición, que es «ese montón de cosas que no sabemos que las sabemos». No es algo innato, es algo que se va adquiriendo con el trabajo y con el tiempo. Talento es la suma de inteligencia y de aptitud, es decir, saber aprovechar todas las experiencias que vamos viviendo. Un diseñador no es un artista, es un artesano; por eso el diseñador debe pensar más como un artesano que como un artista.

No hay nada nuevo bajo el sol, solo debemos coger lo que existe y reinterpretarlo.

¿Qué diferencias hay a la hora de abordar diferentes trabajos ya sea para comunicación, para publicidad, para prensa?

A la hora de afrontar un reto creativo no existen diferencias, lo que si existen son distintas reglas. La única diferencia es el fin al que va destinado nuestro trabajo. Partamos de la base, aunque esto le toque el ego a más de uno, un diseñador no es un artista, ¿porque digo esto? El artista no está sujeto a nada, ni a normas, ni a procedimientos, ni a tiempos, ni a nada más que su propia expresión y sentimiento, sin ninguna finalidad más. Por el contrario un diseñador si está dentro de un procedimiento o una estructura, si tiene unos tiempos marcados, si se tiene que adaptar a las necesidades del mercado y al estilo de un cliente. Él está sujeto a unas normas y a un contexto.

Claro está que la finalidad del diseño tiene un gran componente corporativo, estético y por supuesto una gran estrategia comercial. Por eso el diseñador debe tener una gran capacidad visual y un gran conocimiento sobre los valores y estéticas actuales de su tiempo, y sobre hacia donde se dirigen estos. Ser diseñador no es manejar un programa o unas herramientas, que es lo que está ocurriendo en nuestro gremio – la «democratización» del diseño-, si no tener las ideas y la capacidad creativa de crear algo que se adapte a las necesidades del cliente y del mercado, y que muestre claramente su carácter y filosofía. Y que su trabajo cumpla el fin al que va destinado, triunfar en el mercado laboral.

¿Tienes alguna técnica especial a la hora de realizar tu trabajo?

Tener siempre en constate entrenamiento la creatividad. No dejar nunca el carácter lúdico de las cosas y dejar a un lado su carácter práctico, es decir, hacer las cosas porque me gusta hacerlas.

Suele ocurrir que cuando dejamos de utilizar la creatividad como un medio para conseguir algún fin, esta se atrofia. Todos somos creativos y diseñadores, aunque es evidente que no todo el mundo vale para todo, porque todos nacimos sin exigencias, pero la sociedad a medida que crecemos nos va exigiendo y nos enmarca en un perfil profesional. Es decir, cuando le dices a alguien que escriba algo, no tiene ningún reparo en hacerlo, sin ser un perfecto tipógrafo, o cocinar, todo el mundo cocina sin ser Juan Mari Arzak. Pero, sin embargo, si le dices a alguien que dibuje o diseñe algo, la gran mayoría te dirá que no saben dibujar, cuando es lo primero que hacemos cuando somos niños, al igual que inventar cosas. Lo importante no es la calidad del dibujo, sino la forma que uno tiene de ver las cosas.

Mi meta es comportarme igual en mi vida profesional que en mi vida personal. Si eres una persona sin métodos, sin disciplina, sin responsabilidades, sin objetivos,  si no discurres, si no eres original y ocurrente en tu vida personal… es muy difícil que lo seas en tu vida profesional.

Por eso intento no quedarme en mi zona de confort, porque de ese modo no se crece profesionalmente. Siempre acepto todos los retos que me pongan por delante.

Y oxigeno el cerebro. Cuando estoy atascado o no se me ocurre nada y no encuentro ninguna fuente de inspiración, cambio de tercio. Veo una película, leo algún cómic, practico algún deporte, toco la guitarra, pinto mi casa, etc. Así cambio el estado de bloqueo de mi cerebro, dejo que se relaje, y automáticamente las ideas vienen a mí, como cuando dejas salir el agua de una presa hidráulica.

Ser constante con mi trabajo, soy de los que piensan que quien la sigue, la consigue.

Pensar más, no porque alguien tenga más medios, mejores condiciones o tenga detrás una gran marca que lo representa es mejor que tú. Lo que tienes que hacer es pensar más sobre tus propias ideas, usar el cerebro es gratis.

Hacer proyectos personales, porque cuando uno tiene un gran volumen de trabajo y uno solo hace esto, nuestro celebro se marchita, porque al final no son nuestras propias ideas por mucho que aportemos al proyecto. Hay que desarrollar nuestro punto de vista. Hacer otro tipo de trabajos, por ejemplo yo hago caricaturas e ilustraciones infantiles, me invento marcas y les desarrollo su manual de identidad, diseño el mobiliario de mi casa…

Necesitas copiar mucho, pero hay que hacerlo bien. Si copias al que copia del que copia acabas siendo igual que él, acabas siendo como el eco en un barranco. Cuando algo nos gusta, hay que tirar el hilo, buscar la fuente, el origen, las influencias, hay que profundizar. Es nuestra obligación buscar las cosas de originales que fueron en su tiempo. Copiar, no fusilar, utilizar los recursos estéticos o verbales, estrujarlos en nuestro celebro y reinterpretarlos.

Confiar y trabajar siempre con las cartas boca arriba. Transparencia, no tener miedo de compartir la información, ni tus conocimientos, ni tu fuentes de inspiración. Creo que guardarse las cosas para uno mismo no ayudará nunca al crecimiento ni a la evolución de nada.

¿Dónde buscas la inspiración?

Parafraseando a Munari: “No existe inspiración sin método”

Método suena a una cosa rígida, con reglas, y parece que no tiene nada que ver con la creatividad, sin embargo, es una serie de operaciones necesarias dispuesta en un orden lógico dictado por la experiencia.

Para empezar siempre anoto todo aquello que veo interesante, lo cual me va a permitir tener un gran mosaico de referencias para proporcionarle a mis diseños la soluciones estéticas y conceptos adecuados, como dije antes intento siempre tener una gran cultura visual.

Cuando empiezo a plantear un diseño, lo primero que hago  es plantear miles de preguntas para darle una solución. Esta pregunta me descubre todos los pequeños sub-problemas que  tiene el diseño, como por ejemplo: Qué función va a cumplir, qué necesidades tiene, para qué se va usar, dónde se va a colocar…. Reúno todos esos datos, saco mi mosaico de referencia y empiezo a darle la solución creativa al diseño.

En un evento ¿qué elementos de diseño predominan por ser los más demandados?

Cada evento es un mundo y tienes unas necesidades en función de la tipología de evento que sea. No es lo mismo un congreso que un incentivo. Entonces no existe un elemento físico que se integre en todos los eventos, bueno sí, podría decir la imagen gráfica, o el claim, pero es algo muy recurrente.

Por eso yo prefiero decir que el elemento que predomina en todo los eventos es LA EMOCIÓN. Porque las emociones no se pueden diseñar, ya que son sentimientos, pero nosotros ideamos entornos que te emocionan independientemente de los elementos que necesite tu evento.

“No te recordarán por lo que hiciste ni por lo que dijiste, sin por cómo le hiciste sentir.”