Presentación de producto, una imagen vale más que mil palabras

Expectación, sorpresa, novedad y emociones, son algunos de los factores que esperamos encontrar en la presentación de un nuevo producto o servicio. No andamos desencaminados cuando hablamos del momento cumbre de un evento, como el momento en el que se desvela la sorpresa.

En un evento de estas características siempre buscamos una estética profesional, cuidada y atractiva para que la expectación que se genera durante los meses previos, nunca defraude al público que asiste al evento y, además, siempre buscamos que esté a la altura de la imagen de la marca que se encuentra detrás del producto que presentamos.

Dentro de la organización de estos eventos, que suelen tener meses de preparativos previos, se debe trabajar bajo una máxima: “La improvisación no es buena”. Aunque es cierto que los imprevistos surgen de forma inesperada y sin previo aviso, sino no serían imprevistos, lo que sí debemos prever son posibles opciones o alternativas a acontecimientos que puedan suceder.

Para ello, son importantes los ensayos que se organizan el día o los días previos a la presentación. Todo aquel que participe en la puesta en escena debe interpretar su papel como si se tratase del día D, a la hora H. Para que el evento fluya de manera natural, sin altibajos y de forma ordenada, el cliente debe rodearse de profesionales en la organización de eventos que le guíen y que le aconsejen sobre cómo moverse en el escenario, o sobre la forma de interactuar con el público para hacerles partícipes de lo que está a punto de acontecer.

Ha llegado el momento. El evento ha comenzado y el público está ansioso de conocer el nuevo producto. El presentador debe generar expectación en los asistentes desde el primer momento y mantenerla hasta el final, la parte en la que se desvelará el producto. En este momento todas las miradas buscan impacientes aquel objeto en el escenario que está apunto de destaparse. Las altas expectativas son la clave para alcanzarlo todo.

Llegado el momento cumbre, se desvela el producto y,… una imagen vale más que mil palabras.